Transmigración
Yo soy la
hierofántida de la Melancolía
custodio en sus
altares grandes vasos votivos
mi voz grave
ennoblece, serena, los motivos
piadosos de los
salmos que canto cada día.
En los divinos
tiempos que Grecia florecía
yo los fuegos
sagrados mantuve siempre vivos
y yo sola en el
templo con mis dioses esquivos
de un tajo abrí mis
venas… En mi larga agonía
de las turbas
cristianas yo escuchaba las voces
fui la última
pagana que murió con sus dioses!
Hoy mi alma rediviva
presiente como antes
al templo que
custodia llega la turba ansiosa…
Volveré a abrir mis
venas, y a los pies de la diosa
las gotas de mi
sangre serán como diamantes.
1918
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