viernes, 6 de septiembre de 2019

Ocean Vuong (Ho Chi Minh, Vietnam, 1988 / EEUU)



Telémaco

Como cualquier buen hijo, saco a mi padre
del agua, lo arrastro del pelo
por la arena, sus nudillos dejan un rastro
que las olas se apresuran en borrar. Porque la ciudad
más allá de la orilla ya no está
donde él la dejó. Porque la catedral
bombardeada, ahora es una catedral
de árboles. Me arrodillo a su lado para ver cuánto
podría hundirme. Sabes quién soy,
ba? Pero la respuesta no llega. La respuesta
es la marca de un disparo en su espalda, salpicando
agua de mar. Aunque sea él, todavía pienso
que podría ser el padre de cualquiera, encontrado
de la forma en que una botella verde aparece
a los pies de un niño conteniendo un año
que nunca ha tocado. Toco
sus orejas. Inútil. El moretón
del cuello. Lo doy vuelta. Para
enfrentarlo. La catedral en sus ojos de mar oscuro.
La cara no es mía pero es la que usaré
para dar las buenas noches a mis amantes:
de la misma forma en que sello sus labios
con los míos y comienzo
el fiel trabajo de ahogarme.


*


Destructor de hogares

Y así fue como bailamos: con los vestidos blancos
de nuestras madres derramándose a nuestros pies, el fin de agosto
ponía en nuestras manos un rojo oscuro. Y así fue como amamos:
un quinto de vodka y una tarde en el ático, tus dedos
acariciando mi pelo – mi pelo era un incendio forestal.
Cubrimos nuestros oídos y el arrebato de tu padre se convirtió
en palpitaciones. Cuando nuestros labios se tocaron el día se encerró
en un ataúd. En el museo del corazón
dos personas decapitadas construyen una casa en llamas.
La escopeta siempre estuvo sobre la chimenea.
Siempre otra hora que esperar – solo para rogarle a algún dios
que la devuelva. Si no el ático, el auto. Si no el auto,
el sueño. Si no el niño, su ropa. Si no vivos,
cuelga el teléfono. Pues el año es una distancia
que recorrimos en círculos. Que es como decir: así fue
como bailamos: solos en cuerpos dormidos. Que es como decir:
Así fue como amamos: en la lengua un cuchillo que se convierte
en una lengua.


*


Besar en vietnamita

Mi abuela besa
como si hubiera bombas estallando en el patio trasero,
donde la menta y el jazmín enlazan sus perfumes
por la ventana de la cocina,
como si en algún lugar, un cuerpo se desarmara
y las llamas hicieran su camino de regreso
a través de los recovecos del muslo de un niño,
como si al salir por la puerta, tu torso
danzara en heridas de fuego.
Cuando mi abuela besa, no hay
un sonido extravagante ni música occidental
de labios fruncidos, ella besa como si te respirara
en su interior, la nariz presionada a la mejilla
de modo que tu olor es reaprendido
y tu sudor se convirtiera en perlas de oro
dentro de sus pulmones, como si al sostenerte
también la muerte se aferrara a tu muñeca.
Mi abuela besa como si la historia
nunca terminara, como si en algún lugar
un cuerpo siguiera
desmoronándose.



(Fuente:  Jámpster)

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