Contando el cuento
y lo seguiré siendo
mientras aiga peje,
mientras aiga río,
mientras aiga mar
y aún pueda soñá
pescá y amá.
Mientras al bogá
en la inmensidá
mi sudor es mar,
mi sonrisa río,
y cuando yo muera
quiero que coloquen
una enorme ola
para en las noches de luna
salí a navegá
con mi sombrero
‘e tetera
canalete y banquetá.
Hecho mi canoa
y empiezo a bogá
cantando canciones
que llegan al alma
de un pasado de angustia
que no volverá.
Y seguiré cantando
canciones muy tristes
que me enseñó mi agüela
de príncipes negros
traídos de África
vendidos en el mercado
como negros sin casta.
Y yo cuento a mis hijos
y también a mis nietos
para que ellos a su vez
lo sigan contando
a travé del tiempo
y la historia siga
por todos los siglos
y nunca morirá,
porque se volvió mito
la mujer que enterraron
en una inmensa ola
a la orilla del mar.
(Fuente: Asamblea de palabras)
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