viernes, 6 de septiembre de 2019

Eduardo Milan (Uruguay, 1952)



UN POETA dice de otro:
«este tipo miente». Y nubes
ciñen su entrecejo, y las ovejas
suspenden su serena flotación.
¿Cómo lo sabe? Era una escritura
poéticamente correcta, iba
contra lo establecido del lenguaje cotidiano
y también contra lo establecido del poético,
volvía sobre sus pasos -no exactamente:
un surco más abajo- cumplía:
con las generales de la ley, imagen tras imagen,
fila india que entre dos levanta humo,
olía a incienso fuera de la recámara,
avanzaba hacia un Japón barroco, inexistente.
Y se oía el trote de un caballo.
¿Cómo supo el poeta que mentía el otro?
Es muy difícil no mentir en poesía,
entre una imagen, no mentir, y la siguiente.
Pero se puede. Lo leí en Miguel Casado.





«LA CRÍTICA brutal a todo lo existente»
incluye una crítica brutal al lenguaje poético
un lenguaje que venía -parecía-
salvado de todas -sólo el insecto

la poesía que cree que en su lenguaje está cuidada
no está cuidada en su lenguaje
-«contame un cuento para dormir, papá»
-te cuento: la poesía es lugar que no tiene lugar
eso lo hace un lugar de gran coartada de vida
lo que no tiene lugar no se destruye
la lucha es por los lugares y los bienes
verdaderos males para los que no los tienen
rima asonante

la muerte de la poesía es de una belleza perfecta
funerales de lo que no tiene lugar
luto de lo sin lugar
góndolas cubiertas en procesión por los canales
Venecia negra

Casanova murió, sigue la poesía
Cita: Marx





NO ESTÁ en ti estar, reina irreal, con un triste,
A su lado, asoleado de pena,
Ni en un triste con una que se va con la primera
Risa más lejos de lo que parece,
Esto es así, así es esto, el revés de lo mismo.
Por eso todo el mundo los veía raro,
Por eso murmuraban a su espalda el primer poema
Nacido en el río, a la orilla que crece, puro
Crepitar crédulo, zumban libélulas.





Eduardo Milán
Consuma resta II
Libros de la Resistencia, 2019.

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