lunes, 9 de septiembre de 2019

Ender Rodríguez (Venezuela, 1972)



ATOL MADRE 


A Angye Gaona


Medida en cabras y rupias 
por jíbaros sabios
y freída por apedreadores de oficio
¿sabrías Yudith Okth
que los cráneos de las madres 
de tantas colgadas madres 
no dan cuenta nunca
de la exactitud curva de la soga 
hasta el útero en el cuello?

En los quilombos de los sementalesviejos
nacían shamanas
que de sesos de buey
hechizaban entrepiernas nuevas 
con almizcle viejo 
de tantos espinazos sagrados


¿Quién le enseñaría a Lilïu
en milenios hebreos
las neblinas delos pistilos vaginales
enel morbo juego de un ruiseñor?

¿Cómo David y Goliat hoy 
te harían bulling
grandiosa Onhglia Uth
con un dorado martillo punk?

¿En cuál Hollywood asesinarían 
de nuevo a la deliciosa Monroe?

¿Quién caparía Kichjmi
tu espiritual pitillo de clítoris
en una colina africana 
con un ciego escorpión macho? 

¿Fue tu madre o tu oruga padre
quien te incendió la infancia
con un cuchillo hueco y sin filo? 

Medida en cabras y rupias 
por jíbaros sabios
y freída por apedreadores de oficio
no sabrás tú
MinthiYupaknnih
que también mi apedreado semen 
sigue en huelga 
sin saber ni siquiera 
cuál es ni su sangre 
nisu mal tiempo eterno






OTRORA


A César Panza


En el ojo de un inexistente dios
me columpio al revés
y blasfemo
blasfemo

Soy el hombre pasto
y al camuflarme
nadie en esta cósmica perola de jugar
perforando dardos
sabrá que cuando digo
que desaparezco
realmente
desaparezco

Un día invité a esa mujer
que expulsa migrañas
cuando habla de agujeros sagrados
por las axilas
así que fuimos
matemáticamente a ojear pléyades
hasta que se desvaneció
como si fuese un raro pasto fémina
absurdo y viscoso

¿Será que 
alguien anda jugando conmigo
en este macro-hilo de la nada? 

Luego sin desespero
pongo el hollín en un gallo tuerto
que canta tres veces en los olivos
y unos tipejos gritan por allá 
-agarren al pendejo al zoquete- 
-todos al cabrón-
-agárrenlo-
y pasa la policía
se raspa el poco dinero que tenemos
acto seguido el alcalde
y sus secuaces
esconden vouchers de petróleo
hasta el clavijero amargo
de sus progenitoras
malardientes 
y así y sólo así
hiede hiede hiede
el país 
como a fruta de cadáver de dios
el invisible




(Fuente: Revista El humo)



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