jueves, 4 de diciembre de 2025

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947 / Reside en San Juan, Argentina)

 

 

GISELLE ANABEL estrellita de Cuyo CHIRINO:
Médano de Oro, 2002.
Recopiladora y conductora televisiva y radial de "A guascazo y guitarra", junto a BRAYAN@metecumbiaMORENO, espaciador de firuletes telúricos. 
 
EPISTOLA A LOS AGITADOS SENTIMIENTOS QUE CARECEN DE MEDICACIÓN. A MANERA DE ANACREONTE: SOSEGADA EN LUGAR DE SER VIRTUD DEL CADALSO.
 
 
 
Disperso está el material.
Storia d'amore e grazia.
Manzanas
                    murientes,
Lo descalzo
Postrado que hay en tu seno.
Delicato
                    é che dá fuoco.
Agujas en el trastabillar
De los suspiros canales.
Tu esplendor
                  Festa und Strada.
Diagonal: un blues cicatrizado,
No alcanza hoy, no.
Esferas giratorias.
Pústula de poliéster.
                  Successo adorabile.
Neolítico presente.
Un servidor, vea,
Penachos macerados.
Vibra un saxo,
                                   tullido,
                                   aturdido,
                                   mentido.
Y nada,
Las calles nada,
Y la noche sin razón de ser.
Nada.
Desolladas ríen,
                         grutas y sangre seca
                         en la punta del puñal.
 
Solitudine-
                     alma tajeada,
                     spam fuera de la Historia,
                     asepsia.
 
Ecclise.
He aquí el material
Y las garras.
 
Cierra los ojos,
Mente.
Cierra lo que quieras,
Lenguaje
Boca que vengas.
 
Lirico - Altissimo - Prezioso.
El dulce trino agrio,
La canción no fraseada
Raspando el huesito de la nuca.
 
Mañana soplarán los vientos
Que los sabios dieron por excelsos
Y no son más que una opereta fraudulenta
En la balanza de pagos de las Islas Cayman. 
 
Almendros
                                     y putas,
Higueras
                                     y predicadores,
Sed y pachorra,
Nube y mediodía napalm
Pellizcando los atavíos de marzo
Sin pasar por julio prieto.
 
Raffinatto.
Favoloso.
Rifflesso y gran diseño. 
 
 
Héctor Giuliano
- Inédito -
De "Poetas populares arribados al festín paralizante."
En preparación y ambiente libre de polen.

 

Julio Cortázar (Ixelles, Bélgica, 1914-París, Francia, 1984)

 

 

 

Puede ser una imagen en blanco y negro de una o varias personas y barba 

 

a Alejandra Pizarnik 


   

Bicho aquí,
aquí contra esto,
pegada a las palabras
te reclamo.
Ya es la noche, vení,
no hay nadie en casa
Salvo que ya están todas
como vos, como ves,
intercesoras,
llueve en la rue de l'Eperon
y Janis Joplin.
Alejandra, mi bicho,
vení a estas líneas, a este papel de arroz
dale abad a la zorra,
a este fieltro que juega con tu pelo
(Amabas, esas cosas nimias
aboli bibelot d'inanité sonore
las gomas y los sobres
una papelería de juguete
el estuche de lápices
los cuadernos rayados)
Vení, quedate.
tomá este trago, llueve,
te mojarás en la rue Dauphine,
no hay nadie en los cafés repletos,
no te miento, no hay nadie.
Ya sé, es difícil,
es tan difícil encontrarse
este vaso es difícil,
este fósforo.
y no te gusta verme en lo que es mío,
en mi ropa en mis libros
y no te gusta esta predilección
por Gerry Mulligan,
quisieras insultarme sin que duela
decir cómo estás vivo, cómo
se puede estar cuando no hay nada
más que la niebla de los cigarrillos,
como vivís, de qué manera
abrís los ojos cada día
No puede ser, decís, no puede ser.
Bicho, de acuerdo,
vaya si sé pero es así, Alejandra,
acurrúcate aquí, bebé conmigo,
mirá, las he llamado,
vendrán seguro las intercesoras,
el party para vos, la fiesta entera,
Erszebet,
Karen Blixen
ya van cayendo, saben
que es nuestra noche, con el pelo mojado
suben los cuatro pisos, y las viejas
de los departamentos las espían Leonora Carrington, mirala,
Unica Zorn con un murciélago
Clarice Lispector, agua viva,
burbujas deslizándose desnudas
frotándose a la luz, Remedios Varo
con un reloj de arena donde se agita un láser
y la chica uruguaya que fue buena con vos
sin que jamás supieras
su verdadero nombre,
qué rejunta, qué húmedo ajedrez,
qué maison close de telarañas, de Thelonious,
que larga hermosa puede ser la noche
con vos y Joni Mitchell
con vos y Hélène Martin
con las intercesoras
animula el tabaco
vagula Anaïs Nin
blandula vodka tónic
No te vayas, ausente, no te vayas,
jugaremos, verás, ya verás, ya están llegando
con Ezra Pound y marihuana
con los sobres de sopa y un pescado
que sobrenadará olvidado, eso es seguro,
en un palangana con esponjas
entre supositorios y jamás contestados telegramas.
Olga es un árbol de humo, cómo fuma
esa morocha herida de petreles,
y Natalía Ginzburg, que desteje
el ramo de gladiolos que no trajo.
¿Ves bicho? Así. Tan bien y ya. El scotch,
Max Roach, Silvina Ocampo,
alguien en la cocina hace café
su culebra contando
dos terrones un beso
Léo Ferré
No pienses más en las ventanas
el detrás el afuera
Llueve en Rangoon ---
Y qué.
Aquí los juegos. El murmullo
(Consonantes de pájaro
vocales de heliotropo)
Aquí, bichito. Quieta. No hay ventanas ni afuera
y no llueve en Rangoon. Aquí los juegos.
 
 
(Fuente: Henderson Espinosa) 
  

Chong Hyon-Jong (Seúl, Corea del Sur, 17 diciembre 1939)

 

 

 


 

COMO EL BALÓN QUE CAE Y REBOTA

 

Claro, hay que vivir.
Tú y yo como balón
que cae y rebota.
Hay que vivir como un balón redondo
que nunca se tiende, como príncipe
del reino elástico. 
 
Hay que subir ágilmente
como un balón redondo
listo a moverse. 
 
Esa es, la mejor forma
como tú de ahora.
Como un balón que cae y rebota,
como el balón que nunca se tiende.
 
(Traducción: Joung Kwon Tae, coreano)
 
En: Por la escalera del arco iris. Muestra de literatura coreana actual (2006)
Jalisco: Ediciones Arlequín, 2006, p. 35
 

(Fuente: Óscar Limache) 

Fabio Cardarelli (Córdoba, 1969)

 

 

Perdí un amor en el jardín 
 
encontré otro debajo del fregadero
donde la niebla tiñe caracoles invisibles
 
perdí un amor en un libro infinito
 
encontré otro en otro
que reveló mi obsesión por la noche
 
así
vivimos
 
perdiendo y encontrando
 
perdidos encontrados 
 
materia, verbo, epitafio
 
carencia y esplendor
infortunio y milagro
 
no es un amor, oh! misterio, no es uno
 
múltiples ríos fluyendo en nuestros huesos
vidas muertes
luces sombras
 
lánguidos peces en la sangre lánguida
 
ávidos por ser perdidos o encontrados
infinidad a ser reunidos u olvidados
son uno, miles!, son uno
 
en el futuro del pasado
en el temblor del despojo
en la fe del rescate.

 

Olga Orozco (Toay, La Pampa; 17 de marzo de 1920 - Buenos Aires; 15 de agosto de 1999)

 

 

 

 

 

Ésa es tu pena

 

Ésa es tu pena.
Tiene la forma de un cristal de nieve que no podría existir si no existieras
y el perfume del viento que acarició el plumaje de los amaneceres
que no vuelven.
Colócala a la altura de tus ojos
y mira cómo irradia con un fulgor azul de fondo de leyenda,
o rojizo, como vitral de insomnio ensangrentado por el adiós
de los amantes,
o dorado, semejante a un letárgico brebaje que sorbieron los ángeles.
Si observas al trasluz verás pasar el mundo rodando en una lágrima.
Al respirar exhala la preciosa nostalgia que te envuelve,
un vaho entretejido de perdón y lamentos que te convierte en reina
del reverso del cielo.
Cuando la soplas crece como si devorara la íntima sustancia de una llama
y se retrae como ciertas flores si la roza cualquier sombra extranjera.
No la dejes caer ni la sometas al hambre y al veneno;
sólo conseguirías la multiplicación, un erial, la bastarda maleza
en vez de olvido.
Porque tu pena es única, indeleble y tiñe de imposible cuanto miras.
No hallarás otra igual, aunque te internes bajo un sol cruel
entre columnas rotas,
aunque te asuma el mármol a las puertas de un nuevo paraíso prometido.
No permitas entonces que a solas la disuelva la costumbre,
no la gastes con nadie.
Apriétala contra tu corazón igual que a una reliquia salvada del naufragio:
sepúltala en tu pecho hasta el final, hasta la empuñadura.


(Fuente: Henderson Espinosa)

Daniel Quintero (Buenos Aires, 1957)

 

 

Oficios de familia

 

Mi abuela cosía para afuera
mi padre cortaba carne
yo junto los pedazos desde adentro
 
que nada sangre
si no tiene que sangrar
que nada se haga hilacha
si la tela no lo merece
 
mi padre afilaba los cuchillos
en la piedra de un poema gastado
mi abuela pinchaba con sus agujas
un corazón de peluche parecido al mío 
 
pero no era magia negra
en la casa siempre se respetó
la religión de algo parecido
al culto católico
sobre todo con las sagradas escrituras
que es lo que intento hacer
aunque blasfeme.

 

Elizabeth Azcona Cranwell (Buenos Aires, 1933 - 2004)

 

 

 Elizabeth Azcona Cranwell - Si el espacio es distancia

 

 

EL MURO

 

Por la ciudad de siempre, mientras caen las luces
y músicas extrañas descifran el crepúsculo
hay algunos que repiten mi nombre, que
despiadadamente transitan por mi imagen.
 
Creen saber mi vida,
la verdad de mis tardes con su silencio a cuestas.
Ellos dicen «su risa» y es el viento sin tregua de una
mañana oscura,
ellos dicen «sus ojos» y es un país desierto como un
mar infinito.
 
Yo no sé si lo saben
pero hay días que me invaden de pronto como una
salvación,
días largos, intensos, con la altura de algún tiempo
cumplido
un sol amaneciendo toda la luz del mundo.
Y otros en que la oscuridad quiere mis manos
y me rebelo en golpes insensatos a una puerta sin eco
mutilo mi vacío, dejo crecer la soledad como un
abrigo viejo
madurado en la voz, sin esperanza.
 
Yo quisiera mirarme en sus palabras
saber lo que recorren dentro de mi amor desconocido,
quisiera ver desde ellos el viento que me aturde,
qué forma tiene entonces mi vacío
conocerme en sus manos que nunca me descubren.
Pero jamás veré mi rostro entre sus días
mi imagen dibujada por sus ojos.
 
Fijada para siempre a un lado del espacio
en medio de mi voz y sus palabras
es la tierra desnuda
el país imposible.
 
 

(Fuente: La Parada Poética)