martes, 18 de marzo de 2025

Pablo Ananía (Rosario, 1942)

 

 

 

DE LO HUMANO Y LO TRÁGICO

 

Por la noche leemos en voz alta un poema
en el cual Cavafis reproduce un soneto de
Keats. "𝐹𝑢𝑖 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟. ¡𝐷𝑎𝑚𝑒, 𝑎𝑦, 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎
𝑑𝑒 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟! 𝐴𝑑𝑜𝑟𝑜 𝑎 𝑢𝑛 𝑚𝑢𝑐𝘩𝑎𝑐𝘩𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎
𝑐𝑖𝑢𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝐶𝑜𝑟𝑖𝑛𝑡𝑜", dice en uno de esos
fragmentos. De fondo un scherzo inventivo
del alegre trío en mi bemol de Beethoven.
 
Tomamos café, hablamos de esos versos
atravesados por el deseo, iluminaciones
momentáneas que incitan a la escritura,
y sobre la puesta en trance de intensidad
rítmica que ese Cavafis aún muy joven
claramente dominaba como nadie. 
 
Almas mortales, ansiamos no caer en el
nihilismo pero también hablamos de política.
Espíritus errantes , próximos a sumergirnos
en el ocaso, en esta tierra destruida donde
nada es más cruel que su riqueza y la extrema
pobreza de su gente. Hay un ‘no sé’ que asoma
en los ojos de mi mujer cuando se cierra sobre
sí misma y logra desplazar su nostalgia hasta
el infinito. Dice de pronto: “¿prescindiremos
de todo, hasta de la música? Ese reyezuelo
criptopagano nos está desquiciando. ¡Nuestro
tiempo está desquiciado! Es aberrante, trágico”.
 
El tiempo ya estaba roto, querida. ¿Cómo si
no, una persona tan insignificante y medrosa
puede ser mencionada en el mismo momento
que leemos un poema de Cavafis? ¡Esas imágenes,
qué ritmo, qué lengua, qué armonía! ¿Acaso
hay algo humano hoy que sea perfecto?

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario