Una habitación sin vistas.
Yo estaba a doce leguas de tu sexo
y no encontré ninguna palabra viva
entre todos los libros que se sabían
ni oí latir la vida entre sus páginas.
Aquel fue un lugar que ya murió
según lo hacen los amores: de extrañeza,
en tanto por mis dedos rimaban
EL CORAZÓN Y LA CABEZA.
-PBM-

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