viernes, 1 de agosto de 2025

Enrique Sánchez Hernani (Lima, Perú, 30 de julio de 1953)

 

Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona y anteojos 

I

TINERARIO DE BRIGGITTE BARDOT 

 

𝘓𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘨𝘳𝘢𝘯𝘥𝘦𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘳𝘦𝘭𝘭𝘢𝘴 𝘵𝘦𝘳𝘮𝘪𝘯𝘢
𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘵𝘶𝘣𝘰 𝘥𝘦 𝘣𝘢𝘳𝘣𝘪𝘵ú𝘳𝘪𝘤𝘰𝘴, 𝘶𝘯𝘢 𝘣𝘰𝘵𝘦𝘭𝘭𝘢
𝘥𝘦 𝘸𝘩𝘪𝘴𝘬𝘺 𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘫𝘦𝘳𝘪𝘯𝘨𝘢 𝘩𝘪𝘱𝘰𝘥é𝘳𝘮𝘪𝘤𝘢.
𝘈𝘭 𝘳𝘦𝘵𝘪𝘳𝘢𝘳𝘮𝘦, 𝘮𝘦 𝘴𝘢𝘭𝘷é 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘦𝘴𝘰.
B. B.
 
 
 
Todo el mundo me consideraba una ramera
pero el que lo entendió todo
siempre fue mi padre
quien estuvo muchos años sin verme
y me contaba que cada vez
que sentía nostalia iba al cine del barrio
pagaba su entrada y allí podía mirarme
abrazando y besando a hombres
que él desconocía. Siempre se salió a mitad de las escenas
pues se apenaba por lo que yo allí hacía
sin entender por qué mi boca salía fotografiada gigantescamente 
 
   en la pantalla
mientras los hombres maduros de la platea exigían
más y más centímetros de mi piel
sobre sus ojos
para al volver a casa escribirme diciendo
que lo entendía todo.
Ahora que tengo casi cincuenta años
veo que hice muy bien en no volver
más al cine
porque ya hubiera estado loca o consumiría drogas hasta para poder
ir al baño.
Todas mis amigas han muerto
o son alcohólicas
pero yo me levanto temprano
cocino por la mañana voy de compras escojo mis vestidos
y por la tarde tomo un baño tibio viendo
el jardín
que queda al fondo
es muy triste y
hasta me dan ganas de llorar
pero he visto cómo el cine llenaba con astillas el rostro 
 
de las estrellas que pasaban los 40
y cada vez se nos hacía más difícil hacer
el amor
ante la mirada de los técnicos
que nos apuntaban con sus
chorros de luz
y sus cámaras. Siempre odié
esas escenas o estaba enamorada del actor
y me ruborizaba
abrazarlo delante de tanta gente
o simplemente no me interesaba
en cuyo caso era muy difícil fingir
que lo amaba
con mi cuerpo desnudo pegado a las sábanas
aunque todo ese público
que me siguió durante años coleccionando fotos
y almanaques donde apenas me cubría
con una sonrisa
pensara que yo era una ramera.
Nunca me entendió nadie
ni el médico
de los estudios cinematográficos
cuando le pedía anfetaminas para olvidar
que era un símbolo del sexo
y que ya nunca podría dejar las ventanas
de mi baño abiertas
porque la gloria fue algo terrible y a mí
me cegó durante años
hasta que la cabeza me daba vueltas
como consecuencia de beber los vinos
del Rhin
que los productores me invitaban.
Pero lo que nunca hice
fue ver mis propias películas
ya bastante tormento
tenía con filmarlas para volver a ver
lo que quería olvidar
cuando dormía. Le agradezco al Señor
que me haya permitido escapar a todo esto
pues la piel se me empezaba a ajar y pronto mi cuerpo
sería echado al tarro de los desperdicios.
Sólo le pido que esta felicidad dure siempre
que me siga permitiendo levantarme temprano
para prepararle el café a mi esposo
que las flores de mi jardín no se marchiten
y que haga algo
por alejar esta plaga de insectos
que intenta persuadirme de que regrese
a los estudios.
Por las noches lloro y me aferro al cuerpo
de mi hombre
porque temo me vayan a raptar los sueños
tengo casi cincuenta años y estoy desesperada
ya no tomo anfetaminas
pero sigo bebiendo vinos del Rhin.
Dios me libre de volver al reino de las plagas
porque ya no soportaría
ser otra vez una ramera.
.
De: «𝘉𝘢𝘯𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘴𝘶𝘳» (1985)
.
Enrique Oswaldo Sánchez Hernani es un poeta peruano 🇵🇪


(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)

No hay comentarios:

Publicar un comentario