miércoles, 27 de agosto de 2025

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947 / Reside en San Juan)

 

 

-xxxxiv-

 

El grano de trigo,
el hijo, la planta,
el ruido, el debate;
la vaca, el costillar,
la molleja, la leche;
el carbón y el butano,
la retorcida raíz
de la mandrágora
y el principio semejante;
la dulce maca negra
en alternativa y crecimiento;
la liebre, que no es conejo,
la serpiente, el huso horario,
el gañido del lobito,
el acoso del vampiro
ávido de paz,
la bravura del toro
ante la muerte
que llega de punta
en la espada del torero;
el álamo, el sauce quemado,
el esqueleto de los chérnobiles
y la boca veraz
del verdáceo uranio sanrafaelino,
la bioenergía
que brota
de los deshechos cadavéricos,
la calefacción y el enfriamiento
de un polo sí y del otro no,
el tanteo y la admisión,
el 2% del brioso átomo
como evasivo
y torre que se pierde
en lontananza,
la ineficiencia económica
del nunca perdonarás;
acopios, combustiones,
humaredas, betunes,
manzanitas silvestres,
las depurativas macanas
contra el sonido y la luz,
la contaminada muralla,
el agua que no es;
entonces:
¿seleccionar, elaborar,
manufacturar, reprogramar,
reaprovechar los químicos desastres
y la física crocante
de temblores y maremotos?
¿y en resguardo ambiental
balancear
esa protuberancia escindida
entre las finanzas del planeta
en franco déficit
y el todo calcáreo,
y el níquel, el vapor del estroncio
juntamente al boro
que enriquece la cebolla y el ajo,
a perro sabor y sabotaje?,
entonces:
¿y el petróleo asirio,
el microchip
en el agua reiterativa
y el agua otra vez,
no el agua del poeta bobo
y del espacio más bobo,
y no clara, con cal
y masa candente
sin peces o refrigerios?
Sin celulares,
huevadas pasajeras,
sin locomoción a sangre
o drenajes,
sin carreteras aéreas, soterradas,
líquidos eléctricos,
mares prietos de basura,
un mundo tan extraño,
incapaz e indistinguible,
ceniza al acecho,
polvo y fragor de sal:
y la cascada térmica,
y el celofán del chocolate,
y las ceremonias no secretas,
el tótem que negamos
y chupamos,
los reclamos del cachalote
y la ballena blanca,
y el margen esquizofrénico
medicamentoso
con el chamuyo psicótico,
y los otros:
el pesimismo cultural.
zanahoria y consuelo,
el chicote, la espuela,
la perra sumergida en ácido,
el caracol y el vértigo,
la cerveza y el azúcar,
las voces extraparlamentarias.
¿Y dónde
el romerillo cordillerano,
cuándo sus resinas y bálsamos?
¿Y dónde
el irreprimible placer
que la nieve
desciende a los pies?
La doliente adaptación
de la hiena
y el estrangulado valor
del bien inmaterial
y la diferencia
entre sangre y bayoneta?
Estas y otras
son las preguntas
que le raspan la garganta
al Meridiano 70,
instalado sobre la Tierra
a puñados de cálculos
y redondeces,
ajenos a la mixtas e indefinidas
consecuencias metamórficas
que nadie fabrica
pero sí las monta.
 

- Inédito-
de "Meridiano 70"
Fragmento.
En homenaje a Jorge Aulicino,
que publicara en su blog hace 4 años.
 

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