AUTO DE FE
Dios el perro me llama el aire quema a un hombre
horizonte de cuerpos ardiendo intensamente
quince ángeles velan donde estuvo mi frente
Mi caballo me busca y pronuncia mi nombre
con el hacha rompieron de dos en dos mi frente
lejos, en el ocaso, alguien dice algo o miente
soy el negro, el oscuro: ardiendo está mi nombre
Es la ley el silencio y también la blasfemia
es mostrar a los hombres una cruz en la boca
y decirles que arde, como cabo de vela
mi alma en la penumbra como una blasfemia
Dios el mudo, escultura de sombra, florecer de roca
y los dados de un ciego que cierran el poema
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en "El último hombre", Ediciones Libertarias, Madrid, 1984. En la imagen, Leopoldo María Panero (Madrid, España, 1948-Las Palmas de Gran Canaria, España, 2014 / Actualidad Literaria)
(Fuente: Jonio González)
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