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Suspíranse
himen
y trémulo parpadeo.
niña, bebé,
hidrocefálico,
capado animal o eunuco,
gallina,
tumor o botella,
feto,
moribundo o muerto,
agujero en madera
de seda revestido.
Todo será poseer:
ortiga en la vagina,
la uretra con pimienta,
tizón en el culo,
fuérzanse tetas de jaspe
lesionadas
y forma gustosa,
sí,
más allá de Naxos
como quien rumbea
con cara de bobo
en medio del placer gentil
y no lo hace
y lo deshace
de coqueto y petimetre.
Mas, ¡ea, Alceo lesbio!,
aunque curtido
oteador del horizonte,
no por ello estupefacto.
¿Qué es eso del deseo
sino apetito y competencia?
Y nada importa:
así el medo,
el barrilero,
el democrático heleno
el egipcio que saca tripas
en la tumba,
el psicólogo humanista
y el perro que hace las suyas
con ovejas
y lo que enfrente se le ponga.
Bien por Sade,
sincerote posterior.
- Inédito -
De "La gracia Roma"
En preparación.
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