OTRO QUE PASÓ Y DIJO ESTO
Estuve parado en la isla
Al final de la avenida las luces bullían
par
pa
de
antes
No pesaba un gramo mi morral
.................................................
el desgarrón en la espalda
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no había nada
*
SESGO
Ahora que las palabras se han escondido
en mí boca no salta mi voz tras eso para
lo cual explicación no hay.
Naturaleza no escoge a sus víctimas,
ni pesa más un hueso que otro cuando
irrumpe como ladrón en la noche.
Tan sobreabundante el mal como el bien
y a esta hora no distingue en la oscuridad.
Cómo hablar de aquello,
cómo decir que esto no es ya.
Cómo afirmar que aún allá está aquél,
cómo ubicarlo aquí donde ya no es.
Cómo saber si aún soy ese que habito,
cómo probar que es mía está mirada,
esta mudez que ahoga toda reciprocidad.
Habré de seguir por donde no vine,
irme por donde no voy.
En la lista de desaparecidos mi rostro
tal vez sea adjudicado a otro.
No seré ninguno, no habrá quien asevere
que estuve aquí.
Sí, el tiempo, cómo hacerlo volver...
Ni mis pasos escucho detrás.
Adios. 'Hypocrite lecteur -mon semblable,-
-mon frere-'.
*
BECKETT ENTRE ESCOMBROS
Ahora que el payaso se borra
la sonrisa con su mano. Ahora
que el actor principal dice:
-Mi papel es la esencia de mi
vida y ésta no es más que
el que soy una vez despojado
de la máscara-. El payaso ríe
de la muerte y fría y brutal es
la carcajada que obtiene por
respuesta. El actor prefiere no
hacer su personaje y lo que
viene es un grito mudo. El
payaso, serio como en verdad
es consuela al actor: -Culpamos
siempre al diablo y él nos mira
como niño regañado para no
aprender la lección-. El actor
ríe y le espeta: -Todo lo que
ahora hiede es nuestro
vestuario enterrado bajo el
lodo-.
*
ADIOS
Quién dijo que la muerte no tiene voz.
Quién.
Impetuosa el agua estuvo bailando
con la mía en remolinos.
El corazón grita adentro sin oírse.
Sí el hombre no sabe reconocer
el rostro de Amor, cómo puede
reconocer el invisible rostro de Dios
que le devuelve el suyo cuando
no sabe y se pregunta por qué
sin que la respuesta lo diga a Él.
Mayor el Amor que nada oculta y
besa locura y cordura por igual.
No hay por donde llegar. No hay
por donde salir. Se está aquí desde
hace tanto y desde hace nada.
en La playa de los ciegos. C.S. Ediciones Imaginaria. 2013. Prólogo por Gabriel Jiménez Eman
Fotografía. Luna Perdomo
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