La dicha del mundo
Los hombres & mujeres cantaban & tocaban duermen cantando, qué podría decir de la gente más conmovedora la del mayor glamour la más solitaria la más codiciada del planeta esos poetas completamente hermosos desolados bañados en oro, la muerte es una poderosa emoción instintiva: ¿pero quién se querría librar de un esqueleto de plata? Piedras preciosas & jarritos –esta calavera es Helena– ¿quién no se querría librar del Libro del conocimiento? ¿Por qué debería una doncella yacer en un páramo durante siete noches & un día? Y él es una doncella, lo es & ella en el pasto la flor el ramillete donde yacen comiendo prímulas enloquecides de tristeza & todas las bellezas de antaño: todo poeta es una hermosa chica humana destinada a morir.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib
No hay comentarios:
Publicar un comentario