(Despedida de San Ruperto)
Mi corazón va a pie por los umbrales
ebrios de paz de los médanos muertos
después de haber mordido los desiertos
que la clemencia familió en mis males
aunque mi fe pudo insolar entuertos
y me abracé con los huesos abiertos
a la poesía total de los trigales.
La incomprensión me clavó una medalla
y me escupieron por besar lo santo
y a veces fue tan fiera la metralla
que me incendié por presentar batalla
para librar al diablo del quebranto.
Nunca sabré por qué me maté tanto.
(Foto HGV)
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