LA VACA
La vaca que al pasar alzó los ojos
y se quedó mirándome
debió reconocerme
Fue un instante, un silencio, con un tordo
en su lomo, con un jadeo despacio
que hacía pesado el aire.
Me miró hasta fundirme en los légamos
donde ella se atascaba
y prosiguió al final del horizonte,
gachos los cuernos, con la piedad muda
que la luz pone en los mansos animales.
Habrá muerto hace mucho,
su cuero debe estar en algún banco,
pero en mi noche sus ojos reaparecen desvaídos, como lentas estrellas
cuando me siento la última llanura
donde sigue pastando.
.....
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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