sábado, 4 de diciembre de 2021

Rolando Revagliatti (1945-)

 


Rolando Revagliatti

9 Poemas de Rolando Revagliatti – Colección “Leo y Escribo”: textos concebidos a partir de las novelas ‘Papeles póstumos del Club Pickwick’, ‘La casa deshabitada’ y ‘Aventuras de Oliverio Twist’ de Charles Dickens y de las novelas ‘Los cosacos’, ‘Ana Karenina’, ‘Resurrección’, ‘La sonata a Kreutzer’, ‘La borrasca’ e ‘Iván, el imbécil’ de León Tólstoi.

 

 

“PAPELES PÓSTUMOSDEL CLUB PICKWICK”    

                         

Para los póstumos papeles el señor Pickwick juega al whist y bebe su ponche frío

diserta de pie sobre el sillón de Windsor

entre aplaudido y aplaudido con vehemencia

con carismático pickwicknianismo el señor Pickwick

se deja otear oteando con el catalejo que extrae de su impecable gabán

estimula instruye ordena reconviene aconseja disuade a su cochero

y en su cuaderno de apuntes apunta observaciones sobre la tenacidad de los caballos por la

vida

y casi perece sospechoso en el mar de una trifulca

sobrenada

sin eludir desprecio y puñetazos

según consta en las actas del club

El señor Pickwick a la caza de su sombrero, grajos y otras aves

y de cierto hallazgo con forma de piedra por diez chelines

y de las veintisiete interpretaciones (la inscripción en la piedra) de su propio cacumen

el malinterpretado señor presidente

y su enamorada, patrona y demandante, la matrimoniable viuda Bardell

de tan enseñoreada incidencia en el augusto meollo 

(y la señora de Leo Hunter)

y todo consta en las actas por ellas lo sé

¡El señor Pickwick subrepticiamente en el internado de señoritas, de noche!

vejado adviene

un ataque regio de reumatismo que lo postra pickwicknianamente

y de alcoholismo que lo duerme en una carretilla pickwickniana dentro de un corral

o bien

azarado entre recules y profundas reverencias abandonando espacios inconvenientes

o contentísimo y encarnado con sus negras polainas por entre la nieve

y al diablo, al helado diablo el señor Pickwick

desaparecido y reaparecido

luego rodeado de los reclutados media docena de habeas esqueletos

lo saben, pickwicknianos unidos

el benemérito señor Pickwick se da a sosiego

a moderación, a jubilación

y todo todo todo consta en las actas del club.

 

 

“LA CASA DESHABITADA”

 

Chitón, procuran los procuradores

es la llovizna negra, costas y mañas

Atráense — sórdidos vaivenes —

los vocablos bufete rico y bufete pobre

y zarandeado tribunal de la chancillería

Me inclino ante la Ley/ yo me prosterno

(cuando otros enloquecen)

qué menos que guiñando o haciendo ojitos

Abnegaciones y lealtades copulando con perentorios chantajistas

próximos a la luminosidad artificiosa de los ensimismados candelabros

 del celebérrimo pleito Jarndyce y Jarndyce

¿Velos?, pero sobre todo pretendientes

para mi dueña y mujercísima Esther

(dama Trot, dama Durden) Summerson

(Apostillas entre la niebla sucia

y la cellisca de Londres recauda

Vladimir Nabokov

y yo administro).

 

 

“AVENTURAS DE OLIVERIO TWIST”

 

Grito agudo del corderillo al que criar

recién parido ser mortal en el llamado hospicio

mientras su madre lo abandona estremeciéndose para siempre

besándolo por única vez

Los parroquiales lo condenan —¡magnánimamente!—

a vivir con (y eventualmente a morir de) hambre

distraída por patadas y coscorrones de diligentes celadores

tundas repartidas a otros desgraciados caballeretes

sucios y hasta piojosos por añadidura

famélicos alucinadores de la gorda manteca

Oliverio es designado delegado y atrevido pedigüeño 

y el director resuena la testa de Oliverio con un cucharón

en malhadados tiempos incompasivos

(Añadir cinco libras al incordio en forma de futuro aprendiz de cualquier arte u oficio

sortear a quien desholline cogitando sobre deudas y penurias) 

Quédase alquilado el niño al funebrero

traga sobras y duerme entre ataúdes

¡Pamemas! estalla el condigno administrador de justicia 

estupefacto Oliverio, después perseguido e inclusive baleado

aprendiendo y lastimándose en el melodrama.

 

 

“LOS COSACOS”

 

Muchachas de la aldea provocadas por los uniformes

(aman dos a Mariana)

sangre, humo, detonaciones en el heno

(Mariana se dejaba –¡Oh!– se dejaba galantear)

los chechenes, los caballos y los gritos

(bruscos pudor o altanería)

Uno agoniza

otro retorna a entrañables

nevadas y silenciosas calles de Moscú.

 

 

“ANA KARENINA”

 

Karenin, el opio, mi amante, mi hijo

mis celos, mi opulencia

mi abandono.

 

 

“RESURRECCIÓN”

 

Nejliudov

príncipe y todo

no puede más con su conciencia

con su mala conciencia

con la voz de su mala conciencia

(Y Tólstoi con la ligera sugestiva

bizquera del ángel seducido).

 

 

“LA SONATA A KREUTZER”

 

Beethoven allí en el salón 

y ese presto de los mismos infiernos

Animal magnético el inspirado

¿de dónde ese caudal injurioso?…

 

 

“LA BORRASCA”

 

El trineo chirrió y el barínarribó

atrás el sueño, las verstasy el sopor helado de la estepa

y las medidas de aguardiente de los cocheros

y otra vez el sueño en menudos copos.

 

 

“IVÁN, EL IMBÉCIL”

 

Argucias y monedas de oro de los malévolos

se desvirtúan escandalosamente

Viejos y jóvenes malévolos tragados

por la tierra y las pasiones

Reino diáfano

equitativo

benévolo

artesanal.

 

***

 

(Fuente: La Mecánica Celeste)

 

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