martes, 21 de diciembre de 2021

Aleksandr Blok (Rusia, 1880 - 1921)

 


 

 

LOS DOCE (1918) Y OTROS POEMAS

OTROS POEMAS

 

 

EL MISMO DESTINO

 

El mismo destino, con veneración sagrada,

me legó iluminar el umbral del ideal

con mi nebulosa antorcha,

y apenas llega la tarde yo, con mi mente terrena,

me encamino hacia el Altísimo, preso en celestial temor.

Ardo en el fuego de la poesía.

 

26 de mayo de 1899

 

 

EL ALMA CALLA

 

El alma calla. En el cielo frío

arden para ella las estrellas mismas.

A su alrededor, agitados pueblos

claman por el pan o por el oro.

Pero el alma calla y escucha sus gritos

Y contempla los lejanos universos.

Mas en su bifronte soledad

hermosas ofrendas prepara a sus dioses,

y, oído incesante, del silencio ungida,

busca la llamada lejana de otra alma…

Así, de igual modo, en pos de la otra,

resuena, tras el cerco de brumas

del océano, la llamada indescifrable

del corazón de las aves blancas.

 

3 de febrero de 1901

 

 

NO TIENE FIN…

 

No tienen fin los senderos del bosque.

Tan sólo quisiera, antes de que asome la estrella,

encontrar su rastro apenas visible…

A las hierbas del bosque está atento el oído.

Por todas partes se oye el claro rumor

que envuelve a los seres perdidos y queridos…

Por las cumbres de los bajos abetos

Vuelan las palabras…

Tal vez pueda captar en las briznas,

una huella oculta…

Ya está aquí, ¡se ha encendido la estrella!

No tienen fin los senderos del bosque.

 

2 de septiembre. El bosque de la iglesia.

 

 

LA BRUMA NOCTURNA

 

La bruma nocturna me sorprendió en el camino.

Tras la espesura la luna lanzó su mirada.

El caballo fatigado deba inquietos golpes con las pezuñas.

Tranquilo de día, extrañaba la noche.

Sombrío, inmóvil soñoliento,

el conocido bosque me aterraba

y hacia el claro plateado por la luna

dirigí el paso del caballo resoplante.

Se extiende en la lejanía la neblina del pantano,

pero de plata fulgura la iglesia de la colina.

Y detrás de la colina del bosquecillo del valle,

en la oscuridad se oculta mi casa.

El caballo fatigado acelera el paso hacia su destino.

Centellean las luces de un pueblo extraño.

A la orilla del camino prenden en rojo

las hogueras de los pastores, como faro.

 

10 de febrero de 1899

 

 

LA NOCHE SILENCIOSA

 

La noche silenciosa me ofrece

con misterio tu faz clara.

El hechizo de antiguas canciones

En este instante llena mi alma.

Por su camino azul

pasas tú más despacio,

y sobre ti descansan

dos estrellas inmóviles.

 

13 de junio de 1900

 

 

PARA ANNA ACHMATOVA

 

“La belleza es terrible”, le dirán,

y se echará perezosamente por los hombros

un chal español y una rosa roja en el pelo.

“La belleza es sencilla”, le dirán

y con el chal de vivos colores

torpemente cubrirá a un niño

y la rosa roja en el suelo.

Pero escuchando distraída las palabras todas

de su alrededor

se quedará usted triste y pensativa

y se dirá:

“No soy terrible ni sencilla,

ni tan terrible para matar

sencillamente, ni tan sencilla

para ignorar que la vida es terrible”.

 

16 de diciembre de 1913

 

Traducción de CLARA JANÉS

Con la colaboración de AMAYA LACASA

 

Los doce y otros poemas. Madrid. Visor Libros. 1999. Págs. 35, 36, 37, 38, 39, 45

 

(Fuente: La Mecánica Celeste)

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