La vara
Estas lágrimas que inundan mis ojos, ¿son de dolor
o de consuelo?, ¿para acabar con otros amores,
para abstenerse de la insensatez pueril?
Nos ha tocado ser ejemplares
de un amor tan alejado de la galantería
que ahora rara vez nos encontramos en un cuarto apartado
o nos damos el beso de las buenas noches o cenamos juntos,
a menos que sea en compañía casual.
Pues mientras caminamos por el mismo paraíso verde
y confianzudamente empuñamos la misma vara verde
—que aún restaura las esperanzas marchitas de gente
mucho más afligida que nosotros—,
¿cómo podemos temer al lago inmenso y sin fondo
de pura infamia, hundido bajo nosotros,
ahí donde eclosionan los huevos del odio?
(Fuente: Punto el línea)
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