¡OH
HADA CIBERNETICA! . . .
¡Oh
Hada Cibernética!, ya líbranos
con
tu eléctrico seso y casto antídoto,
de
los oficios hórridos humanos,
que
son como tizones infernales
encendidos
de tiempo inmemorial
por
el crudo secuaz de las hogueras;
amortigua,
¡oh señora!, la presteza
con
que el cierzo sañudo y tan frío
bate
las nuevas aras, en el humo enhiestas,
de
nuestro cuerpo ayer, cenizas hoy,
que
ni siquiera pizca gozó alguna,
de
los amos no ingas privativo
el
ocio del amor y la sapiencia.
OH
HADA CIBERNÉTICA
Oh
Hada Cibernética
cuándo
harás que los huesos de mis manos
se
muevan alegremente
para
escribir al fin lo que yo desee
a
la hora que me venga en gana
y
los encajes de mis órganos secretos
tengan
facciones sosegadas
en
las últimas horas de día
mientras
la sangre circule como un bálsamo a lo largo de mis cuerpo.
AMANUENSE
Ya
descuajeringándome, ya hipando
hasta
las cachas de cansado ya,
inmensos
montes todo el día alzando
de
acá para acullá de bofes voy,
fuera
cien mil palmos con mi lengua,
cayéndome
a pedazos tal mis padres,
aunque
en verdad yo por mi seso raso,
y
aun por lonjas y levas y mandones,
que
a la zaga me van dejando estable
ya
a más hasta el gollete no poder,
al
pie de mis hijuelas avergonzado,
cual
un pobre amanuense del Perú.
(Fuente: Al pial de la palabra blog)
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