viernes, 19 de junio de 2020

Laura Riding Jackson (Brooklyn, NYC, EE. UU., 1901-1991)



EL PORQUÉ DEL VIENTO
 

A menudo consideramos el viento,
los porqués cambiantes del viento.
De otro tiempo no nos preguntamos.
Estos son cambios que conocemos.
Nuestra propia salud no es lo contrario.
Nos despertamos con un escalofrío,
Vamos a la cama con una fiebre:
estas son las vueltas por lo cual la naturaleza persiste,
por el cual, si el tiempo es feo o bueno,
variablemente vivimos,
tan mezclados y en un mundo tan variable.
Es la misma regla del impulso
ser así un día, y de otra al siguiente.
No nos preguntamos.
Cuando llega el frío cerramos la ventana.
Es invierno, y entendemos.
¿Nuestra propia sangre no hace lo mismo,
Ahora fría, ahora arde dentro de nosotros,
de acuerdo con los climas-rítmicos volubles
de nuestras vidas con nosotros mismos?

Pero cuando soplan los viento primaverales como un perro desdentado
y ni siquiera estamos reducidos,
solo si fuimos reprendidos por lo que no sabemos
y no podemos responder-
¿Qué es lo que se hace ahí, si no lo entendemos?
Y esto no podemos entenderlo,
aún cuando el viento es leve
nuestras mentes jadean un viento infectado
para nuestros corazones de madre,
buscando en los porqués de la sangre
la lógica de esta masacre de pensamiento.

Cuando el viento corre; corremos con él.
No podemos entender porqué no somos
cuando el viento lleva nuestras mentes.
Estos son los lapsos como un odio de la tierra.
Estamos como en la nada,
golpeados desde la interrupción a la interrupción,
después escapamos a lo que somos
y acusamos a nuestra naturaleza sobria
de la deserción salvaje de sí misma,
y pedimos a la razón como lo haría un traidor
ruega al rey un porqué de la traición.

Debemos aprender mejor
Lo que somos y lo que no.
No somos el viento.
No somos cada humor vagabundo que tienta
nuestras mentes a un vertiginoso desamparo.
Debemos distinguir mejor
entre nosotros y los extraños.
Hay mucho de lo que no somos.
Hay mucho de lo que no es.
Hay mucho de lo que no debemos ser.
Nos rendimos al viento enorme 
contra nuestra pequeñez aprendida,
pero seguimos volviendo al lamento
'¿Por qué hice esto?'

 

Traducción de Hugo Zonáglez



 



THE WHY OF THE WIND

We have often considered the wind,
The changing whys of the wind.
Of other weather we do not so wonder.
These are changes we know.
Our own health is not otherwise.
We wake up with a shiver,
Go to bed with a fever:
These are the turns by which nature persists,
By which, whether ailing or well,
We variably live,
Such mixed we, and such variable world.
It is the very rule of thriving
To be thus one day, and thus the next.
We do not wonder.
When the cold comes we shut the window.
That is winter, and we understand.
Does our own blood not do the same,
Now freeze, now flame within us,
According to the rhythmic-fickle climates
Of our lives with ourselves?

But when the wind springs like a toothless hound
And we are not even savaged,
Only as if upbraided for we know not what
And cannot answer—
What is there to do, if not to understand?
And this we cannot,
Though when the wind is loose
Our minds go gasping wind-infected
To our mother hearts,
Seeking in whys of blood
The logic of this massacre of thought.

When the wind runs we run with it.
We cannot understand because we are not
When the wind takes our minds.
These are lapses like a hate of earth.
We stand as nowhere,
Blow from discontinuance to discontinuance,
Then flee to what we are
And accuse our sober nature
Of wild desertion of itself,
And ask the reason as a traitor might
Beg from the king a why of treason.

We must learn better
What we are and are not.
We are not the wind.
We are not every vagrant mood that tempts
Our minds to giddy homelessness.
We must distinguish better
Between ourselves and strangers.
There is much that we are not.
There is much that is not.
There is much that we have not to be.
We surrender to the enormous wind
Against our learned littleness,
But keep returning wailing

‘Why did I do this?’
 
 
 
 




POEM OF IMMEDIATE OCCASION

25.

Vamos a hacer que parezca que hablamos
O pensarán que estamos muertos, y nos revivirán.
Asiente con brillantez, Hora,
Rescátanos del rescate. 

(Versión de Luis María Marina)





¿QUÉ ES UN POEMA? /WHAT IS A POEM?
Un poema no es nada. Por terquedad el poema puede ser convertido en algo; pero entonces es algo, no es un poema... La transformación de nada en algo es la tarea maldita del crítico. La literatura es la bodega de esos algos rescatados... Pero incluso así, la literatura es preferible a la experiencia, ya que es lo más cercano que uno puede estar de la nada”.

(Traducción de Heriberto Yépez)









(Fuente: Emma Gunst)




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