ANTE UN ESPEJO
Ya que aprendes los gestos de la emoción
y su vaguedad en medio de otros dones,
ya que recuerdas y en los que recuerdas
ya que conspiras y saludas y te nutres,
y hace tiempo aceptaste lo que pronto,
pronto serás aunque tal mudanza no desees,
ya que prosperas en tu validez de hombre,
considerate asimismo vacante y condenado,
hasta que doblando la rodilla encuentres
la encerrada, maliciosa tórtola del corazón.
Al ceñir su cabeza estarás libre y apresado
advirtiendo milagros en cada una de tus partes
y entonces, más que en la razón
preferirás vivr con un temblor,
o una cinta dormida en la muñeca.
.
De: «𝘛𝘳𝘦𝘤𝘦 𝘗𝘰𝘦𝘮𝘢𝘴» (1949)
(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)
No hay comentarios:
Publicar un comentario