HERENCIAS
Sólo dejamos, al final, unas palabras.
De su fuego
después no queda nada.
Tendrá más vida que ellas
la ceniza glacial
de nuestros huesos.
No, la palabra no es un ave fénix:
no conoce el milagro
de la resurrección.
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(Fuente: Cecilia Pontorno)
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