DE "DIARIO DE LOS DEVOTOS"
I
Señora mamá, ¿le gusta el blanco?
¿Le gusta lo acolchado en las paredes?
El vacío no será problema
ya no tropezará con tanto traste
así no caerá sobre el desorden
no sangrará, no manchará esos papeles importantes
no reventará sus huesos de nácar
no deshojará mis libros preferidos
no romperá las fotos de los olvidados
ya no más sus pisadas de bruja en la escalera
no más la descarga del inodoro en la noche de la casa
ya no más madrugadas en desvelos
el blanco es un color perfecto
imposible de olvidar.
II
Usted no sabe que la miro
mejor dicho: la espío
en un tramo de la escalera
me oculto y la espío
la puerta entornada deja ver poco
una loca que camina agarrándose a los muebles
se aferra a ellos como a mi brazo
donde clava sus garfios de uñas amarillas
solo que en los muebles no queda un resto
un moretón que ahora se ha vuelto verde
un dolor escaso si lo toco, un dolor callado
resentido
que no se va.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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