DOS POEMAS
¿Por qué será que en las veredas
plantamos aromos, plátanos y acacias?
¿A nadie se le ocurre cerezos, durazneros o naranjos?...
Nada tengo contra el árbol que da sombra
y atrapa en sus hojas partículas que dañan,
pero qué lindo ver a pleno sol durazneros a lo largo
/de la cuadra.
Dirán que la vereda no es lugar para el deseo,
pero la Tierra, la Tierra tiene dueño en toda su extensión.
¡Qué los naranjos nos cuiden del cansancio!
¡Qué en invierno el cerezo se quede sin hojas
y loco de alegría se vuelva en primavera!...
Qué la lluvia colabore con el agua y si no llueve
qué salgan los vecinos con sus baldes.
*****
Este es mi último libro de poesía.
Me alejo para siempre de quienes
intentan derrotar a la muerte.
Algo dijo Lamborghini alguna vez
y coincido con el hombre
del que sólo leí un libro.
No recuerdo exactamente sus palabras,
hablaba de inmolarse al escribir.
Pobrecitos los que escriben…
Dejar la vida en lapiceras.
(Fuente: Tema: Poesía)
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