¿ESCRIBIR?
en tu mente? ¿No hay hoy que
estar alerta al fuego, tejer
y destejer las nervaduras
del cuerpo, saber qué mano
alzará la guadaña, cuál ha
de ser el instante preciso
de hilar la terrible simetría
del péndulo que ritma tu tiempo
y te somete a la ausencia de
las cosas más simples del mundo,
tomar la distancia necesaria
del dolor y del odio, lejanía
inapreciable, profundidad no
viviente que evita la palabra?
¿No nos debe situar el poema
al acecho de una exigencia
impersonal que ha de reflejar
en lo escrito las barbaries de
este siglo? ¿Cuando ves un
Rembrandt o un Correggio no
te invade una desesperanza
absoluta porque hoy nos es
negado todo, el cisne, el goce,
el oro, el ángel de la dicha?
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