EXPIACIÓN DEL LENGUAJE
amañados,
prótesis inservibles
de lo escrito
con los dientes apretados
--ineptitud o temor,
medias tintas
de una boca híbrida--
y escupir el regusto amargo
de una garganta
que no se atrevió a gritar.
Expiar la impotencia
de una voz inaudible
frente a las muertes injustas
y replegarme fetal
en cualquier rincón
donde la araña
(cualquier araña)
teje en su tela
la matriz anónima
e imperceptible
de un mundo
donde todo es silencio.
Descansar de las palabras
que no hablen
de la traición canalla
y la codicia
que enarbolan la mentira
omnipresente en la infamia,
perpetuando en un trémolo
siniestro el odio y el engaño.
(El infinitivo alberga
la intención de lo absoluto.
Lo que se nombra no existe
y quienes no lo nombran
se adueñan de la historia).
/ Mari Lamas
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