sábado, 1 de agosto de 2020

Alfonso Brezmes (Madrid, España, 1966)



DESPUÉS DE TODO
 

Han pasado mil doscientos años
y la poesía no es ahora como fue:
ya no existen los libros, los poemas,
por no decir aquella extraña forma
de escribir en líneas verticales.

Todos los poetas han muerto
en una epidemia selectiva,
el mundo ha vuelto a creer
en lo que no precisa ser cantado,
y la belleza consiste ahora en escuchar
cómo algo se escribe dentro de nosotros,
mientras en las ruinas de antiguas bibliotecas
los pájaros se posan en silencio, 
con la emoción apenas contenida
de aquello que está a punto de decirse.
 







Últimamente 

escribo menos.
Poco.
Nada.

Como si la vida
de pronto dijese:
Apártate,
ahora me toca
escribir a mí.

LAS CIGÜEÑAS

Te amo
como aman las cigüeñas
a las viejas catedrales:
fieles aves que regresan
al milagro de sus nidos,
sin una pizca de fe.
Me dan miedo los espejos, esos seres 
que, después de hechos añicos, 
siguen siendo uno en cada trozo. 

Se parecen demasiado a un corazón.
Mi fanno paura gli specchi, questi esseri
che, dopo essere stati fatti in mille pezzi,
seguitano ad esistere in ogni loro frammento.

Assomigliano troppo a un cuore.

Traducción al italiano de Mirta Amanda Barbonetti
(...)
Sucede muchas veces
y de forma inexplicable:
en cada amor el mundo
se salva del naufragio.

Fragmento del poema Tarde de perros
de Don de lenguasEditorial Renacimiento, 2015
 
 
 
 
 
 
 
(Fuente: Emma Gunst)

No hay comentarios:

Publicar un comentario