sábado, 29 de agosto de 2020

Alexis Gómez Rosa (República Dominicana, 1950 - 2019)



MIRAR CON EL OJO AL REVÉS


Estoy viendo con el ojo hacia adentro,
donde un pájaro se desinfla en verde música.
(Ves cómo no puedo con ese adverbio
en herencia, igual los dos nervios pesantes
de un delirio). Frente a Bretón, Artaud:
nigromantes del ojo copulativo, lactando
una purulenta y espumosa luz muere.
Al revés, el ojo, manoseado en su paisaje,
irriga la mesa en que alunece un pastelón
de carne, provocando miserias en hartazgo.
El ojo sigue abierto, ordenando domingos
en los que palpa un horario de cangrejos.
Niños almidonados caminos que tragarán
este ser vivo. Mirar con el ojo al revés
es un acierto.


 




POEMA INCONCLUSO


Mira a ver lo que el ojo contiene,
que ha resuelto callarlo en la ceguera
ilustrada.
El ojo de todos los días, instalándose,
de pronto, en la sensibilidad copiosa
de la noche total.
El ojo responsable de la mirada
que lo ata, y que, pensándolo bien,
es el que centinela legañoso,
la distancia oscura
que me devuelve a la nada.


 




DELETRAER LO MIRADO


Los ojos como dos afiches del tiempo.
En las fotos: rumiando fulge la eternidad.
Doblega la contemplación (ufano), el espíritu
que deambula en su embriaguez.
Manirroto insumiso laqueado en el rincón
donde lo constriñe la memoria, con panoplia,
arcos y flechas, con que lo invistiera
una fuerza de superior destino.
(Noche remota, guarapo y cañaveral,
por la que sangra el espejo un cielo de cotorras).
Una teoría: el tiempo presente de mirar el pasado
moviliza el presente. El tiempo de llegar,
más tarde que temprano, a la pizarra
de un reflejo, es una meditación.
En la mirada niña: números y estrellas
del corazón migratorio; árboles y casas
de hospedaje.
Las calles que terminan en el Ozama
retorcidas: muñecas de trapo, bicicletas,
presentes en la historia antigua que reverdece
en el ahora. (Incesante la noche
y su tambor amarillo de hojalata).
Alto silencio el vacío nada se mueve.
Solamente sus ojos flotando en el galpón
de la noche, dan el santo y la seña,
abren túneles, por donde yo llego al caimán
de lo indecible.



(Fuente: Crear en Salamanca)

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