domingo, 30 de agosto de 2020

Fernando Barbero (Madrid, España, 1949)



Me siento esta tarde a escuchar mi propio runrún




Esta tarde me he sentado
a mirar la montaña
de mis sueños
y a recorrer mi vida

Echo la mirada atrás
y tengo la conciencia
de no haber hecho
todo lo necesario

Viví parte de mi vida
bajo una dictadura
y no hice nada por evitarlo
Debería haber matado o ser muerto

Tenía que haber hablado,
solicitado, pedido, rogado…
relaciones a cada mujer
de la que me enamoré

Pude hablar y no lo hice
con Paul Bowles una tarde
en un cafetín del Zoco Chico
o con Juan Goytisolo
en la Yemaaa L´Fna de Marraquech

Sí hablé con Fernando Fernán Gómez
en unas jornadas libertarias allá por el 77
y con Eduardo Galeano
en el Metro de Madrid

Contemplé injusticias
y no hice nada por vengarlas
Fui cobarde, débil
No asumí mi responsabilidad

Volé sobre el Océano
como un ave fénix
que jamás ardió
No tuve que renacer

Crucé el Estrecho de Gibraltar
y Los Andes y el himaláyico Khumbu
y el Canal de Beagle y el Pirineo
Y el Gran Canal veneciano

Antes, cada verano
bajaba la cuesta de Perales
y el contraste entre los montes de yeso
y el Valle del Tajuña me embriagaba

La suerte, diosa o diabla
me ha sonreído en multitud de ocasiones
y en medio del sendero me halló la cálida umbría
de una mujer joven

Debí arriesgarme más:
las montañas, los mares y los viajes
estaban ahí y yo no me atreví
Fui cobarde

Quiero descansar mirando al Ocejón
donde no haya cruces
 Y parte de mí
se extenderá por su cumbre

Vi la belleza de cerca
y a veces la poseí
y a veces me poseyó
Esto fue lo mejor





 La magdalena de Bukowski. Ed. Amargord, 2020



(Fuente: Voces del extremo)

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