jueves, 27 de agosto de 2020

Ivonne Bordelois (Buenos Aires, 1934)



CARTA A LOS AMIGOS

Estimados amigos
tropa alegre de gente inteligente porteña y vivaracha
que puebla nuestras calles arboladas florecidas
con su ingenio y sus noches de bohemia
con sus poemas y sus libros y artículos y ensayos igualmente florecientes
siempre amaneciendo cada día en mi pantalla
con sus blogs y sus citas y sus invitaciones
y sus presentaciones
y sus consideraciones y reflexiones
con fotos de Venecia y de osos polares y de castillos húngaros
con nietos y biznietos que sonríen cual frutillas en un prado lejano
convocándome a la guerra, a la paz o a la Virgen de Luján
a recobrar un deudo o saldar una deuda
con la historia, la patria o la poesía

muy queridos amigos
vengo aquí a recordarles
que a mis setenta y cuatro años
he recordado a Mallarmé:
la chair est triste et j´ai lu tous les livres
en mi recuerdo sin embargo, la chair era gloriosa, y en cuanto a libros,
todos están en Internet,
hay noches en que Dante me persigue tenazmente porque aun no he leído su Inferno,
el Quijote me espera ansiosamente bajo un sauce a la orilla de un verano inaccesible
trabada como estoy por nuestras creatividades, amistades y necesidades
de Cruz Roja, de aplausos y pequeñas bendiciones
para nuestros narcisos heridos y afligidos
(qué es la fama? un frenesí?)

y por lo tanto ruego
un poco de piedad para esta anciana atosigada atolondrada perseguida y acosada
por el esperma incontenible de nuestro genio incomprendido

yo vengo a ofrecernos una tregua
a nadie haré leer mis poemas −salvo éste, que será el último, por cierto−
a nadie contaré mis esperanzas
de Premio Nobel,
nadie sabrá de mis diarios ni de mi mente metafísica

los yunques y crisoles de mi alma
trabajan para el polvo y para el viento,

todo me ha sido dado y sin embargo aun no he escrito el poema

(a veces me canso de ser hembra)

mis papeles se irán conmigo al río
donde Heráclito me espera en el lugar de siempre

(hoy es siempre todavía)

yo les ofrezco en cambio este patio perfecto de silencio
donde canta la calandria inmortal de mis infancias.


 








CANTO DE AMOR A LA TRISTEZA

Démosle lugar a esta tristeza.
Su covacha de escobas,
Su peluquería de barrio con olor a cucaracha,
Ese señor gordo que arrastra pantalones nublados,
Este sótano del que sale como un tumor la noche.

Hay tantas ganas de llorar en el aire,
Tanta viejita torcida para siempre,
Tanta muchacha obesa,
Tanto chico tonto,
Tanta casa en ruinas,
Tanto perro perdido,
Tanto árbol olvidado en un carro de basura.

Démosle a esta tristeza su carita de mugre,
Su almohada de sollozos,
Su cama en la vereda,
Su amigo cartonero,
Su caballo cansado,
Su teléfono mudo.

Dejémosla jugar en la vereda rota,
En la tarde zurcida,
En la mirada gris del jubilado
Recostado en su banco como un felpudo sucio.

No permitamos que la decoren y la tapen y la disfracen para fiestas,
Para Año Nuevo o Reyes,
Para San Valentín, para las murgas,
Ni para Navidad.

..Que no la descubran los noteros,
..que no la proteja la parroquia,
..que no la muestren por televisión.

Ella quiere ser ella, la tristeza.
Sin gritos, ni pañuelo, ni protesta.
Sin proyecto barrial, sin elecciones.
Sin la mano tendida.
Sin consuelo.
La tristeza, nomás.
 
 


TRANVÍA SESENTA

A veces en la noche me atropellan
Los tranvías que vienen de mi infancia
Ellos alzan sus tridentes
Y avanzan bamboleándose con sus trolleys de estrellas
Como antiguos y ardientes trineos de una fiesta infinita
Que viene a rescatarme desde entonces.

Yo los oigo venir por los rieles de mi vida
Y nos vamos por calles habitadas por fantasmas que sonríen
Entre nombres de amigos perdidos y días de memoria y de sol.

Y me voy con el tranvía sesenta de mi infancia
Cruzamos la ciudad
En un alegre estruendo de maderas y de vidrios crujientes

Los guardas me regalan boletos capicúas

Mi abuela nos espera en su casa de Barracas
Solemne y hermosísima
Entre alfombras azules y dragones dorados

Y el tranvía cabalga por la noche
Y me deja fielmente, puntualmente,
En la orilla invencible de mi infancia
Donde nunca he dejado de habitar.




(Fuente: Emma Gunst)

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