domingo, 30 de agosto de 2020

Jimmy Marroquín Lazo (Arequipa, Perú, 1970)




Apostillas del ser y del reflejo

 


I
"Soy uno más, desde luego. O uno menos.
Sustracción que integra, adición
Que menoscaba"; reza, sangrante,
En el espejo, esta sentencia,
A modo de perenne sutura.

¿Ser

Importa?
Larga alborada, copioso desborde
De las horas, sereno limo de la duda.
Importa.

Una mosca ronda la desnudez impune del reflejo.


Crece

La duda, como opaco vaho, en la entraña
Incorruptible del reflejo;
Crece el silencio en la apoteosis
Reclusa del espejo. Un párpado
Yace, insomne, bajo el impetuoso limo, que retorna
De la certidumbre anonadada.

Reflejo dispar, en vaho
Intruso convertido. Ser no importa.
Importa, sí, el empolvado párpado que encarnas,
Tu trama virtual, arteramente sólida,
La perenne fatiga del espejo. ¿Crece o decrece
La sutura que delega, indetenible, el tiempo
En las aguas circulares del espejo?

La mosca, impoluta, se posa, anhelante, en el espejo.


II

De un temor emerges, y de una duda,
Reflejo, cual llama fehaciente,

De una consunción resuelta
En vistosa ceniza, trepidante,

Reflejo pertinaz, ambivalente;
Son los rostros, los gestos y la sangre

Inaudita que te pueblan, infructuosos,
Las cifras de tu agonía y desenfreno,

Reflejo, las suturas sin edad y sin cauterio
Con saña infligidas al espejo,

Tu mentor ardoroso y cruel verdugo.
Son los nombres que recreas y devastas

En la mentira afiebrada de tu vaho, reflejo,
La exacta certeza de tu delirio sin memoria.

III

Salve, reflejo, tu materia de años abismados
Y renuente sangre penitente,

Tus voces escindidas por el celo aleve,
Incisivo del espejo,

Tu elocuencia redentora
Que emerge del lecho astroso de los sueños;

Salve

Tu oscuro caudal de vida reincidente,
Tu racimo de gemidos augurales,
Tus temblores gestantes,
Tu zarpa de mar enmudecido,


Tu nada filosa, tu claustral presencia
Tu vocación de llama, o cieno, o espuma
Consagrada por siempre en el poniente.

IV

"La vida es este crepúsculo invertido,
Esta dentada flama,

Esta tibia presunción
En el bisel

Suicida”.


V

Esta vidriada tumescencia
En su inútil sangre, presa;

Este u otro aletazo de un agonizante
Signo, en el reflejo a fuego impreso;

Esta filuda, espectral fisonomía
Que un destello urde entre las sombras;

Esta helada providencia, alta, ruinosa,
Que el espejo proclama desde su mentira honda.

VI

“Este destello
Inopinado,
Ardiente,

¿Será la faz
Airada del reflejo

Que hace del aire
Su perenne
Trama agreste?”.


VII

En tu impávida llanura que de cieno languidece,
En su ficción convexa y calcinada,
Espejo,
Voces en duermevela, aullidos imperiosos,
Columnas de sangre y sarro
Habitan;
Vocablos absurdos, garfios de aire, gemidos que una mosca,
Ansiosa, deshace, o devora,
Sombras atrapadas en una noche de aguas infinitas,
Sílabas de hielo
Humeantes como yescas,
Fugaz reminiscencia de un lenguaje en ruinas, obsoleto,

Espejo,

Sólo escombros de un idioma purulento
Y sobre ellos tu enérgico resplandor
Que sangra su irrealidad en el reflejo.
 
 
 
 
 
(Fuente:  celebraciones de un trovador)



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