lunes, 25 de agosto de 2025

Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, Lambayeque, Perú, 1946 - Virú, La Libertad, junio del 2007)

 

 

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PARADERO 

 

 
Está lloviendo ahora sobre toda esta ciudad y
son las 12.30 p.m. a lo largo y ancho del Meridiano de Greenwich
y yo he crecido entre gente que es joven y gente que no es joven
entre autos, papeles bond o bulky,
                                       artefactos y escaleras
artefactos y clientes. Y avisos de la desesperación o la locura
He crecido sobre esta ciudad
           y hace 24 años esta ciudad sabe mi peso
(Aquí la noche del 14 de mayo me enteré
que he tenido un aire puro
porque alguien lo dijo entre botellas de Pisco de Ica
                                  con rabia y para insultarme)
Y yo salgo a la calle a repartirme
como obsequio.
Por las calles de mi país camino
con un sonido.
Y soy un lugar con mucha luz,
     soy un aullante canto ambulatorio,
mi cuerpo está lleno de poemas y
salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Y he demostrado que soy este cuerpo
estremecido por la rala luz que se confía
a mis congéneres,
este cuerpo amargo sobre el que lloro:
Mis brazos han crecido increíblemente
y reconozco que mi semblante me ha traído complicaciones,
reconozco que mi cariño infinito me lastima
ahora que yo se regala incontenible,
y cuando la lluvia
en la plaza Manco Cápac no es lluvia
en la Plaza Manco Cápac.
Y cuando el individualismo se enreda y
me llega a las pelotas
    aquí estoy yo, vivo y fogoso
y Latinoamérica devuelve mi cara cuando
la miro,
el Día se abre para que este cuerpo pase,
el viento roza mis orejas; y voy fogoso y limpio
a través de estas avenidas silenciosas.
                                                            Aquí estoy yo.
Y óyeme tú, amadísimo padre,
oye al que está fatigado de hablar para el viento,
ya es Agosto, llueve hace 24 años esta ciudad sabe mi peso:
Yo entrego mi vehemencia y mi amor
a esta vía que se ensancha hacia
toda la extensión del universo:
(Aquí lograr lo justo,
               ser inmaculados
y brillar como focos de 12,000 voltios:
esa es nuestra única alternativa.
Ahora aquí haré lo extraordinario
    y alguien ha de decir que no está bien).
Pero escúchame tú, padre, escúchame,
yo jamás podré mentir
yo he crecido en esta ciudad del sur-este
con mil dificultades para cargar con mi exceso de ternura,
con mi energía de animal salvaje amando,
amando siempre a las manzanas, amando siempre a lo que conmigo vive
con estas ansias,
con esta limpidez que se levanta
              desde mis extremidades inferiores
amo, amo furiosamente mi fortaleza
                                                       y elogio a gritos mi salud.
.
 
De: «𝘜𝘯 𝘱𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘷𝘶𝘦𝘭𝘵𝘢𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥» (1971)
 
(Fuente: Grover González Gallardo Poesía)

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