De esas
acechando el aire negro, más valiente a la noche;
soñando el mal, hice mi recorrida
sobre las casas llanas, de luz en luz:
cosa solitaria, de doce dedos, fuera de sí.
Una mujer así no es ciertamente una mujer.
Yo fui de esas.
Encontré las cuevas tibias del bosque,
las llené de sartenes, tenedores, estantes,
armarios, sedas, incontables bienes;
preparé cenas para los gusanos y los elfos:
aullando, ordenado lo desordenado.
Una mujer así es incomprendida.
Yo fui de esas.
Anduve en tu carro, mayoral,
saludé con mis brazos desnudos a los pueblos que pasaban,
conociendo las últimas rutas de luz, sobreviviente
a donde tus llamas aun muerden mi muslo
y mis costillas se rompen a donde tus ruedas giran.
Una mujer así no se avergüenza de morir.
Yo fui de esas.
Versión Silvia Camerotto
(Fuente: Lilian Silva G.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario