EL TZOLCHOCO
Este animal, conocido también como el payaso de ojito, no tiene forma
lejano del observador, una ilusión óptica.
Aparece y desaparece en los momentos más inesperados y en cualquier
lugar y circunstancia del atardecer.
Se lo percibe con el rabillo del ojo y es de varios colores, sobresaliendo
el rojo o el amarillo brillante.
Al fijarse la vista en donde se lo cree ver, el tzolchoco se mimetiza con el
medio, toma la forma de! objeto más cercano, pasando siempre
desapercibido para las personas no avisadas.
Los tzolchocos se entretienen cambiando todos los objetos de lugar,
escondiendo cosas, moviendo muebles y utensilios de uso cotidiano y
permanente.
Sus bromas predilectas son la de dejar cosas en el camino para que los
animales se tropiecen y caigan al suelo, y la de ocultar los elementos más
triviales en el momento que deben ser utilizados con urgencia.
Si alguna vez se captura a un tzolchoco con vida, este se convierte en cuis
y huye hacia la pampa socarronamente.
Extraído de "FABULOSAS ALIMAÑAS DE LA PAMPA",
Sentieri Meridiani, 2010, Italia y El Caldero, 1996, Argentina.
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