Judengasse*
Quejas que nunca cesan se alzan las anhelantes paredes,
paredes tan escarpadas que han caído en lo profundo de los hombres.
Desangradas antaño en vanas palabras hoy se cicatrizaron las bocas
mudas como el harapo de infinito que las aristas de los aleros ahorcan
y que se arrodilla en los ojos por donde el miedo está espiando,
mientras en el gesto de la resignación las otoñales manos se aflojan
y las plegarias rotas se despeñan desde el firmamento implacable.
Con las alas plegadas los querubim han suspendido el aliento.
Ante el portón la chusma se ha vestido de injurias como quien
se envuelve en un trapo.
Dios se ha perdido y desesperaciones de miradas lo buscan.
Presintiendo horror de matanzas los mundos han suspendido el aliento.
Alguna voz proclama su fe: Dios el eterno, Dios de dioses, es UNO.
Y arrecia la muchedumbre cristiana con un pogrom en los puños.
*Judengasse,
poema incluido en Fervor de Buenos Aires (1923), republicado en Poemas
1923-1953 (EMECÉ, 1954) primera edición de su poesía reunida, al cuidado
de José Edmundo Clemente y la dirección gráfica de Jorge Iaquinandi; no
fue incluido en sus Obra Poética (EMECÉ, 1964) y reaparecerá en la
edición individual de Fervor de Buenos Aires (EMECÉ, 1996). Y, será
nuevamente excluido, inexplicablemente, de su OBRA POETICA (EMECÉ,
2007).
Judengasse escrito a partir de las experiencias
vividas durante sus viajes a la Europa de entreguerras, es un texto
premonitorio, le permite entrever con lucidez lo que sucedería en los
años siguientes a la comunidad judía, es indudablemente un anuncio de
la Shoá.
(Fuente: alpialdelapalabra)
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