Safo
Amiga, Safo, nos hemos confundido. Él
no era ella, y
ella
se había disfrazado
de él. Ni siquiera
Catulo, el pérfido, pudo
notarlo, ni los dioses
quisieron
darnos una sola señal.
El amor quizá sea nuestro
deseo único: el otro
se confunde
como la niebla,
blanca. Te has cantado a ti misma,
¿lo ves ahora
amante?
(Fuente: Salado Sur Editorial)
No hay comentarios:
Publicar un comentario