PASA Y ENTRA
Siempre la poesía pasa,
no importa lo que estés haciendo.
Veneno para ratas.
Armas de doble filo.
Un pensamiento solar.
Pasa, debes verla.
Te deja un suspiro delator.
Un mar de dudosas secas aguas.
Un solo soldado del ejército.
Una valija a medio hacer.
La llave perdida de la puerta.
Siempre la poesía pasa.
Te deja millonario de incertezas.
Te quedas vampiro deseando más.
Te pone la luz sobre la mesa.
Te cena con cuchillo y tenedor.
Te envía un cargamento de pájaros huérfanos.
Pasa, debes verla.
Vestida de harapos, lujosa o desnuda.
No sabes si protegerla o matarla.
Se te llena la boca de semillas o alquitrán.
Juega a la ruleta rusa con tu corazón de pólvora.
Te pone los zapatos anti flama del infierno.
Después se va y no te oye
dejándote una cachetada líquida
de diamantes y guijarros ineludibles.
Y te quedas sin manos,
sin fémures,
sin luna,
boquiabierto.
Sin prisa sin pausa
Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina
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