martes, 17 de diciembre de 2024

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

No escribo
para ver como sale,
no escribo
para recalar en el acento
y la cohesión del artificio,
no escribo
por la angustia y la turbación
del más abajo
que necesita del más arriba,
no escribo
para Juan ni para Pedro,
no lo hago
atado a los embelecos doctrinarios,
ni la aparatosa precisión del palabrerío,
no escribo
para la muñeca vendada
de la realidad
ni la ilusión redentora,
no lo hago
en la rosácea ola
ni en el bar de los llorones,
no escribo
para la condecoración,
el menjunje del murmullo
la procacidad del yo
y la última gota
que lleva el abarrotado río
de Heráclito;
escribo,
por daño y afrentas,
por equívocos y perjurios intereses,
con alfileres de gancho
y tinta limonada,
como quien huye
resuelto y disuelto
de la causa
formal, eficiente y final;
mucho más corre
un gamo que un molusco,
serpens serpente,
acoquinado
sin vivacidad,
casi pentámetro,
dos cesuras
entre los colmillos
y un tren que no se detiene
en casa.
 

- Inédito-

 

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