TRES
Dios
los cría y la noche los junta. Dios los cría y el oficio los junta.
El
encuentro era en el centro de convenciones más grande de la
ciudad.
Los mejores ordenadores de objetos intangibles estarían
allí.
Subí
al taxi –conducido por un francés, creo, no lo digo por su
acento
sino por su nariz— apenas logré pronunciar en mi
orgulloso
inglés la dirección. Mientras tomábamos esa autopista
de
apariencia cinemática caía una lluvia despacito, garuando,
dicen
en mi tierra, sentía el calor de mi chaqueta y lo bien que me
quedaba,
justa pero no tanto, ancha en el dorso pero no
demasiado.
El
olor de mi bebida tomaba la cabina y podía ver a lo lejos
Alcatraz
en medio del ritmo serial del Golden Gate.
No
sé cómo llamarle a ese momento más que de una forma:
revelación.
SOBRE
ORIENTALISMO
Sabes…
Sabes
que el orientalismo se fue al carajo cuando existe una
categoría
porno llamada yoga pants.
SALA
DE ESPERA, TICKET T369
Tres
goticas de Bach, ya tú vas a ver, esas gotas son una maravilla,
son
milagrosas.
«Rescue»,
rescate, ¿me entiendes?, cuando estés deprimido,
decaído,
coloca tres goticas debajo de la lengua y listo. Si vuelves
a
sentirte mal pones tres más.
EL
HAMBRE QUITA EL HAMBRE
Es
raro agosto. Abrimos la puerta (la que siempre está cerrada) y
dejamos
entrar al azul cobalto del vitral de enfrente.
El
hambre quita al hambre, sin embargo fuimos por pizza.
Mientras
esperábamos escribimos a cuatro manos:
silencio
como
claro agosto, siempre extraño
se
quiebra
como
dos cuerpos pegados a una esterilla
asfalto
y orégano
como
rana cantando en vez de corazón
en
agüita tibia para los pies tres puertas:
montaña,
piel y el laberinto de los locos
y
café.
En Mahmud Darwish anda en metro
(Fuente: La parada poética)
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