Incierto Sentir (Colección Pippa Passes, 2025)
DERRROTA
Entierro las uñas
y los talones de pájaro cuarteados
en lo más profundo del pantano,
vacío el impasible remolino que se infiltró en mí
cual testaferro de mis andares
y rompe pecho ante horas inútiles
que no cauterizan tormentos.
Desamparada me siento
cuando el salitre azaroso gravita en el ambiente,
se pega en los ojos
—cansados de no ver—
las venas se agrietan
y la sangre melancólica estalla.
Aquí, todo me aísla del mundo,
de esta ciudad,
sería distinto si mis pies fueran de acero templado,
si mi cara fuera suave como la cera
y la sonrisa capaz de rebelarse
ante los sollozados designios.
En cambio, soy un parásito escurridizo y fracasado,
busco desde hace años alivio
—tesoro perdido en el cielo—
para mis fantasías e imprecisiones
y para la añoranza coja
que me impide tocar el firmamento.
Hubiera sido mejor no dejar de ser embrión,
o nacer sabiendo cómo deshacerme de tantos peldaños
que como torrente me llevan por los pasajes más
ásperos que sin elección he debido caminar.
Alguien me robo la luz de las esmeraldas,
el color de los paisajes estivales.
Ya no tengo corazón,
ni inocencia, ni olvido,
se amotina en mí una fiebre carmesí.
Intento coser los hilos de mi origen,
a la sazón, la garganta se torna pedregosa
y estalla el reloj que con precisión es caída inclemente.
Cuando se trata de existir
sólo puedo hacerlo en el pasado.
El presente es espejismo,
follaje que me impide encumbrar la cara.
Sí, todo es estéril,
como lagartija con estrías bajo el sol me rindo,
mis pies trincados caminan sobre prímulas,
y soy yo la que se marchita
la fragilidad es hastío,
ante el diluvio lloro,
ante la luz candorosa,
que me asolan desde niña.
Hundida en medio del pantano
ya nada importa,
me convierto en alimento para buitres.
Con cuánta minuciosidad contemplan mis sentidos la muerte
La boca instintivamente
recita sueños que no he soñado
y me miro en el espejo:
pocas reservas quedan,
muchas espinas clavadas en el cuerpo
y la vida sigue torcida durmiendo
como el viejo sauce de la plaza.
UN RÍO BROTA DEL CIELO
Un río brota del cielo de mis ojos,
las laderas de tu frío aliento
no son más que certeza que me gustaría borrar.
Ya no quiero jugar con tu fuego poético,
con tu tal vez, reino de la duda
que alarga los pasos en el silencio de tus pies,
con tus manos aquietadas y mi boca que retumba,
con la tarde donde soy sólo piel
que se deshidrata en tus sequías.
Debe ser la llovizna de nuestros agonizantes días,
o tus brazos, arco altivo que se levanta
entre diáfanas nubes y se aleja de mí.
Por mi alma desbaratada
entierro las penumbras de barro
en tus muros que son lienzo
en donde náufragos escriben como en libro abierto.
En las entrañas, guardo incrédula
todos los dolores del año para perder tus recuerdos.
He buscado ávidamente la sempiterna noche
y las mañanas de duermevela
para no sentir el incómodo vaivén
de las distancias que amagan con apagar
tu nombre.
NOCTURNO
Qué me aleja de la hoguera de tus tardes
cuando tu olor tiembla.
Por qué en las noches el viento de mis manos
que a la distancia se esparce por tu memoria,
no penetra tu cuerpo.
Cuándo se juntarán tus labios,
mi lengua, mi sosiego y nuestros lazos partidos.
Cuánto tiempo para tener tus brazos de nadador diestro
cruzando el puerto en el que me quiero enclaustrar.
Cuál es el camino entre tu sol y mi sombra
que no se achica o alarga para impregnarnos.
Por qué los gritos donde no existe más que fruición de ti
no llegan a ningún lado, no llegan a donde estás.
Cuál de tus caudales será para mi sed.
Cuántas pieles o tal vez pañuelos nos secaran el sudor.
Cuántos ojos para el llanto de no vernos.
Dónde sentarme a leer las páginas de tu sonrisa
sin que me duelan los huesos.
En qué juramento está la desdicha de nuestra suerte
y por qué la blusa llena de noches solitarias
y el día desabrochándome del mundo.
Karina Lizeth Chávez Rojas. Escritora y crítica literaria. Es doctora en Arte y Cultura y maestra en Enseñanza de la Historia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, como parte de sus estudios de Doctorado recibió la Medalla al Mérito Universitario “Dr. Ignacio Chávez Sánchez”. Como becaria del CONAHCYT, ha realizado estancias de investigación en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Buenos Aires, Argentina y en la Universidad Nacional de Uruguay.
Es autora del libro de poesía Resiliente (Universidad de Ixtlahuaca, Morevalladolid y PALENQUE).
Fue ganadora del Encuentro de poetas y narradores “José Rubén Romero 2024”, cuyo texto se publicó en: “Raíces a una sola voz. Antología. Antología Literaria FILIT 2024” (Gobierno del Estado de Michoacán, Licántropo Editorial).
Como investigadora, ha publicado diversos artículos en revistas arbitradas y capítulos de libros para instituciones como la Universidad de Guadalajara, La Universidad Autónoma Metropolitana, La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, La Universidad de Guanajuato y la Universidad Centro Latinoamericano de Economía Humana de Montevideo, Uruguay. Sus líneas de investigación refieren a la historia y rasgos del cine indígena y cine en general, sociosemiótica, pedagogía, teoría crítica, arte y estudios culturales, así como la relación del cine con la educación.
Ha publicado cuentos y poesía en los suplementos culturales “Vuelta de hoja” del periódico la Jornada, “Letras de cambio” y la revista ANACRONÍAS, además de participar como jurado en certámenes de poesía, festivales de cine y dictaminadora de promotores y proyectos indígenas ante el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y el programa de Coinversiones para las artes de CONACULTA.
En el Gobierno de Michoacán, se ha desempeñado como Directora de Información y Prensa y coordinadora de Difusión Cultural, Educación Continua y Publicaciones de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM). Ha sido miembro del Comité Organizador del Festival de Video y Cine Indígena de Michoacán.
(Fuente: Buenos Aires Poetry)
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