Yo vi al mágico pariendo estrellas.
Entre brumas poblar de farolas
Vi lucha en los cielos
y no eran dioses
ni faunos ni cometas.
No quise ver ni oler .
Sólo de paso andaba.
Vi rosas abrir y cerrar de miedo.
Vi la espalda de la ciencia
tremer y acurrucarse.
No quise ser testigo.
Eran las mañanas dulces
y las noches calmas.
Era amarillar y reverdecer
sin cuestionamiento alguno.
Era la rutinaria luna mutar
por ciclos, ante mis ojos planos.
No pedí ser concebido,
ni supervivido hasta hoy ,
ni iluminado.
Vivir es tan irreal
que hasta dudo estar con vida.
La muerte tan incierta
como esta presencia diaria.
Pará que la queja dura
y el puño atento,
ante la supina ignorancia del rebaño.
Para qué pasar , como todos pasan
sin caminos indagar.
Vi una estrella nacer
como bola ardiente , exasperada.
Poco importa una más o una menos.
Poco ha de importar
este estúpido planeta
y sus oscuras criaturas.
Todo es llenar buches
y endulzar orejas.
Todo es endorfina y paladares.
Una estrella apagandóse
ante la indiferencia del mágico,
pues él es indiferente y a la vez activo,
guardián de las eternas leyes .
Llevamos una chispa de él adentro ,
muy dentro de la caja genial .
Yo llevo y me lleva
hacia donde no elijo llegar.
Si soy la caja muero
de tedio y de tristeza.
Si soy la chispa
soy reino de luz y sapiencia.
Hoy vi nacer una estrella.
Tal vez pronto yo muera.
¡Qué importa!
Soy inmortal.
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