
DE NADA, TODO
De nada, todo. Una bandada
de pájaros porfía contra el viento
hasta que oscurece.
El poema en sí. Que nunca es acerca de
algo. Es algo en sí mismo. La Realidad
real: telaraña cuántica en el vacío. Esa
nada. La nada sespiriana. Nothing can
come of nothing. Nada puede surgir
de la nada. Escuchá como abre la flor
su tímido capullo. Oí estas contradanzas
verbales de un poeta malicioso. Es la suya
una letra engañosa en la mente mientras
suena la sonata nº 17 en mi bemol mayor
de Haydn. La desmemoria es el enigma.
¿Olvidó quien era antes de nacer?
Besó la arena. Bebió de la iridiscencia
del océano. Algo suyo gemía o clamaba
y flotaba en el oleaje. Un canto leve, breve,
suave, maternal, donde todo era todo.
Donde todo era nada, una lengua jamás
antes oída, el habla de las piedras, el canto
de las sierpes acuáticas. ¿No excede en
la real realidad el delirio a la belleza?
Glicinias, artimañas, el verde manifiesto,
formas indefinidas sin sentido, métrica
y retórica y analepsis y metáforas. No
eras libre. Ni en esa orilla ni en la otra
naciente. Allá: tu voz fue la de una yegua
briosa que absorbía el paisaje, la moral
y el sentido. En la mente un pequeño
libro rojo, lirismo y política, una taza,
una lámpara, el país del silencio uterino,
de la bruma de un cuerpo donde todo
era incierto. Como un sueño de muerte.
.....
(Fuente: Daniel Freidemberg)
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