ALEGÓRICA BOGOTÁ
(del ciclo Paisajes de la Sabana)
una mujer
como una chiza gorda
una que se baña en la sangre de los atardeceres.
una insomne que se despatarra contra los cerros,
que abunda deforme
y riega sus tripas hacia poniente.
una que es de abolengo y de barriada,
que conoció miserias y esplendores.
una que refugia
hambres, maquinaciones,
pócimas y camándulas
contra el monte.
una que es nieta de violentos encomenderos,
arzobispos alucinados
e indias negadas,
desgraciadas,
abusadas,
rezanderas.
una mujer
impúdica
como un pesebre en llamas.
una que vive sus pecados
contra el cerro.
una devota
que no para de imprecarle perdón a las alturas.
una como una diosa borracha
que hiede a chicha y fritanga.
una que ronca y gime la noche entera
ante el cielo estrellado del altiplano
y bajo esa lluvia sosegada que persiste.
una mujer
que atesora
sus lucros de prostituta,
los despojos de sus
amantes masacrados
en las madrigueras y los cambuches
de estos cerros
que son persistencia,
silueta ineludible,
altísima bitácora,
sagrario quebrantado.
una mujer que aguarda
entregada
crepúsculos sulfurosos,
el fuego inexorable,
las lluvias de sangre
que caerán.
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