
con sus trajes de gala para entierros de ricos.
Los oscuros señores que deparan el sueño
por pura cortesía estuvieron conmigo.
Aves de catedrales elegantes y finos
con el pelo lustroso de cuervos, elocuentes
como legisladores del bien y del mal, fueron
hasta mi lecho ardido y besaron mi frente.
Yo les temí al principio. A veces las tres parcas
absorben otras formas para apresar la vida
devanarla y cortarla cual girón de lino.
Yo les temí, pero ellos de allá, me sonreían
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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