UN POEMA DE SEÑUELO
LA BALLENA Y EL PADRE
Mi padre me enseñó
la roca para otear ballenas.
Años más tarde
lo vi morir ante mis ojos.
La ballena fue el nexo
de unión entre ambos,
incluso al abandonar el barrio.
Apenas recuerdo su rostro.
No en vano han pasado yaveintidós años.
He subido a esa roca con mis hijos.
He repetido las explicaciones
que me dio mi padre cuando yo era niño.
Al bajar de Ulía no he podido evitar
mirar hacia atrás, hacia la roca.
Les he dicho que esperen, y
he subido
don la esperanza de avistarlo.
Casi al mismo tiempo
desaparecieron para mí
mi padre y las ballenas.
Ambos quedaron trenzados
en mi memoria, conforman
una única y misma leyenda.
Aritz Gorrotxategi
Señuelo
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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