Nos comimos
el perro, la gallina, el grillo
y el conejo,
la hiena y sus crías:
nos comimos
la leche de magnesia
y la tribulación del planeta;
nos comimos
la tierra negra de coágulos
del gulag y el campo nazi,
la vaca sagrada,
la Madre Teresa,
a Pedro el albañil,
a Platón y Freud,
la pata de Rimbaud
y las cebollas en escabeche
maceradas.
Nos comimos
a los dragones y las chirimías,
las gasas, el tampón
y el canto gregoriano,
al negro de la payada
y al comandante del fortín;
y ya que bailamos en la olla,
acá la andamos,
con una mano atrás y otra adelante,
mirándolas con ganas
de hincar el diente.
- Inédito -
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