viernes, 23 de diciembre de 2022

Edgar Bayley (Buenos Aires, 1919 - 1990)

 

Al Conde de Lautréamont

 

al que ha dejado abierta la mirada de seda del pulpo
el ojo saliente del sapo y el higo comedor de asnos
al que fue hasta el extremo de la sangre donde hierve la inocencia
y rescató la bujía del sueño y la cuerda tensa de la libertad
 
un cielo de cabellos mojados
una noche de alabastro
un buey rojo de alas batientes
un arriate de leña y carbón
una marsopa ocular
una ciudad resucitada
 
al que ha dejado abierta la herida del vampiro aullante
las garras y los órganos chupadores
los reinos flemáticos del viejo océano
las quijadas del tiburón y ls entrañas acuosas de la raya
 
un granero con todos los nombres del mundo a la luz de la luna
una caracola de inocencia
un encanto lúcido después de la fiebre
unas pupilas de sol naciente
un golpe de tambor al extremo del punzante azul
al que ha dejado abierta la larga cicatriz sulfurosa
la boca cuadrada de baba oscilante
la lámpara sumergida con alas de ángel
el vientre de la araña de donde emergen dos adolescentes vestidos de azul
 
un estallido de naipes
un lecho de ondas claras en todas direcciones
un puerto sin solapas para abordar ensueños
un alfabeto de puertas
una llama de ojos azules
al que ha dejado abierta la esperanza vencida renaciente
la sorda ciénaga la inmensa esquimosis sobre el cuerpo de la tierra
y la crueldad recorriendo como un cometa aterrador
el espacio sanguinolento
 
un trompo ardiente que flota en el lago a medianoche
un domador que avanza con su ojo de humo
un rosario de espejismos en una cajafuerte
un verano sin fronteras que aniquila a los guardianes
la tea de los jueves que abre todas las puertas
 
al que sostuvieron los vientos los arrebatos de cólera y las enfermedades del orgullo
la gota de esperma y la gota de sangre
que corren lentamente a lo largo de las secas arrugas
y el pedestal de gigantes acuáticos en el vientre vacío
 
un cielo en pie que almacena nuestras memorias
el amor oculto a la vera del camino
un atardecer un rastro de plumas y de hocicos
una infancia rescatada liberada extendida como una risa un zumbido un arco una espuma
un fruto un cráter un nido una aurora una rama en la constelación de nuestro sueño
 
porque al fin
la eternidad que brama como un mar
distante se aproxima a grandes pasos
 
 
 
(Fuente: Hugo Toscadaray)

 

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