viernes, 30 de diciembre de 2022

Daniel Antonio Arella (poeta venezolano, nacido en Caracas, 1988, creció en Mérida, vive en Bogotá)

 

 

En el camino del bosque
 
 

Estoy solo como la lágrima más pura del corazón.
La vía de un poeta errante solitario entre el bosque.
Santidad para mi alma
Azul despierto su conmoción entre las astromelias,
el frenesí del aire entre los pinos.
Toda la luz del cielo cabe en tu sonrisa.
Si ella no te sentiría desapareces
entre las hortensias
violentado por la sagrada imagen.
Mis lágrimas son nubes,
existe un cielo entre las aguas,
un cielo violeta que me sostiene.
 
Hablan por mí los espíritus del agua?
La luna entra en mi párpado
y sale por el otro
cociendo con su hilo las alucinaciones
El latido de la silaba
es más que un corazón de héroe
Ahora no puedo hablar, estoy sanando.
Ahora habla el poeta,
el indivisible,
labrado entre las peñas,
afilado por el cedro que se precipita
con todo el rocío púrpura
 
No sé lo diré a nadie,
el árbol me ha perdonado
con savia en su sangre,
con el rumor del viento
que me enseña a hablar con las serpientes.
 
Los escarabajos traen mensajes,
en su lentitud Dios predice el silencio perfecto y oscuro que esconden los toros entre las madreselvas,
con sus manchas como atlas y océanos.
 
Dicha por delante en el camino hacia el bosque, belleza hacia los lados en el camino del bosque,
fortuna y sabiduría del dharma, dame el poema santo de los 7 pétalos,
Sendero de oir
alegría del vacío
bendecidas orillas del musgo, dame
el canto del colibrí
en la rama más alta del prado
es todo lo que tengo.
( El amor incomprendido se oscurece
en el vértice de más constelaciones) 
 
Bajo con toda mi fe a desenterrar las luciérnagas,
liberarlas del sueño del río,
decirles que son estrellas con vientre,
que las amo.
 
 
( del libro inédito Y.E.U.A.D.H.U.P)

 

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