DE UN HOMBRE
Se levantaba de noche,
¿Estás aquí?
Daba media vuelta, caía de rodillas
y miraba la nieve cayendo sin culpa
en el aire nocturno.
Gritaba:
¡Cielos, miren!
¿Ven? Aquí no hay nadie.
Se quitaba la ropa y decía:
Mi carne es una tumba sin nada adentro.
Se inclinaba hasta el espejo:
Oye, tú, tú ahí, despiértame,
dime que nada de lo que he dicho es cierto.
versión de Isaías Garde
(Fuente: Fabio Cardarelli)
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